Después de haber visto el desfile de Victoria´s Secrets, no nos hemos podido resistir a hablar de la ropa interior, esa gran olvidada. El rey de la ropa interior masculina es sin duda el eslí (slip para los finos), aunque ahora la tendencia es el bocse (boxer para los finos). Entre el público de más edad sigue arrasando el calzoncillo con abertura lateral en el frente modelo UHF (un huevo fuera).
Sin embargo si hay una prenda que concita sentimientos de añoranza, sobre todo de aquellos que hemos hecho la mili (en cualquiera de sus vertientes), esa es el calzoncillo largo, conocido popularmente como maqueijan, ya que su estilo recuerda a la ropa interior de los vaqueros de las pelis del Yon Guaine (John Wayne para los puristas del inglés). Normalmente este calzón era comprado por nuestra madre, por supuesto en el refino o piojito más cercano, y metido de forma furtiva por ésta en el petate ya que a uno, no se sabe muy bien por qué motivo, le daba vergüenza exhibir esta prenda en la Compañía. Pero después, en invierno prestaba un inmejorable servicio en las noches de guardia o inmaginaria. Se solía colocar los calcetines por encima para así impedir, junto con el cordón de las botas de campaña, que se fuese subiendo de los tobillos hasta las rodillas.
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