En un estupendo día de lluvia, y reunidos en un tabernaculo, se pasó formalmente a fundar este excelso Ateneo que intentará llevar la luz a todos los cabezas y gafas de Cádiz.
Tras la lectura de nuestro acta fundacional leímos la carta de vinos y platos del restaurante. Entre lascas de pernil ibérico y sorbos de caldo riojano, se fue perfilando algunos aspectos de este círculo cultural y cachondeístico que ahora empieza a andar.
A continuación se procedió al nombramiento del comité estatutario, que se encargará de redactar el artículado que regirá esta institución.
Entre los aspectos más reseñables de nuestro Estatuto están: "Este Ateneo se constituye en una agrupación de gentes, cuyo único objetivo es echar un rato de cachondeo, el fomento de éste y lograr que nunca nos falte de ná." "Será requisito imprescindible para ingresar: Ser de Cádiz. Para la aplicación del punto anterior se aclara que los de Cádiz nacen donde les da la gana. Poseer gafas, no valen de sol, o un perímetro craneal igual o superior a 57. En el caso de los cabezas el no poseer dicha medida podrá ser sustituido por ostentar una morfología y estructura craneal de interés médico y científico. En ningún caso se aceptarán personas o personos que usen lentes de contacto.
Tras la marcha de uno de los socios fundadores, que fue requerido por su prole, se cerró la sesión frente a una buena copa, el contenido nos da igual, y despedida y cierre.
Es triste decirlo, pero nada más empezar nuestra andadura ya se ha tenido que sancionar a uno de sus miembros, por incomparecencia.
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